Por Rodolfo Florido
Solo que no ahora. Alberto Fernández sigue el camino de Boris Johnson. Cristina ahora pide un acuerdo nacional o “no hay Argentina para nadie”. El cinismo de su expresión apabulla. Como apabulla agraviar a Guzmán por irse de la manera que se fue cuando hace un año y medio que está pidiendo su cabeza y no lo dejó gestionar su cartera económica. Guzmán es culpable y si es un irresponsable, fue inútil y un mal Ministro…, pero fue Cristina quien lo inutilizó con una llave al cuello impidiéndole respirar. Es como si alguien te insultara una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, y, cuando reaccionás con una piña, grita… ehhhh es un violento.
Cristina quiere que se vaya pero cuando ella quiera que se vaya, no con un dejo miserable de dignidad. Para Cristina triunfar no es suficiente. Humillar antes es necesario. Como humilló a la pobre locutora. Lo hizo en público, delante de todo el mundo. “Nunca más me digas excelentísima”. La pobre chica solo había recitado el Protocolo. La humilló desde su soberbia y su cargo, delante de un estadio lleno y casi en cadena nacional. La disciplinó a ella para que todos reciban el mensaje. “Hoy no voy a revolear Ministros”…, o sea, mañana vemos. ¿Y algunos comunicadores creen que Cristina cambió, que hay una tregua?
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Mientras tanto, Alberto es una acuarela bajo la lluvia. Se lava, pierde las formas y se refugia en el helicóptero, los Granaderos, los autos con chofer, la quinta de Olivos, los menús a pedido, el sueldo y los gastos reservados. Casi como una dama a la que le encontraron el precio y trata de negar que es una prostituta.
Primero la Patria… dice la convocatoria de la CGT para el 17 de Agosto
El nivel de cinismo de la convocatoria de la CGT no acepta tolerancia alguna. Están desesperados y cuando el agua los tapa llaman a la oposición y a los empresarios a una suerte de gran acuerdo patriótico para que compartan el costo del hundimiento que ellos mismo ayudaron a generar. Durante 2 años y medio los insultaron, los ningunearon, callaron vergonzosamente y se subieron al relato de que estábamos poco menos que en Noruega.
Construyeron el Titanic, ocultaron que los botes salvavidas no alcanzaban ocultaron los errores y horrores del Capitán y la Capitana (la no excelentísima), culparon la oposición, y ahora que el barco se hunde le piden a todos los insultados que tengan el gesto “patriótico” de que sean socios del naufragio.
Mas de lo mismo. Si eventualmente la oposición aceptara el convite, los usarán para socializar las perdidas, los digerirán y los vomitarán cuando se les ocurra que el esfuerzo ya fue hecho y que hay que poner platita para ganar el 2023. El cinismo no tiene límites.
Solo tratan de ganar tiempo; como Cristina con Pinocho, no vaya a ser que Pinocho recupere su dignidad de madera y la ponga en la Presidencia antes de que el trabajo sucio esté terminado.
Ella dirá luego… algo así como… le pedí de todas las formas posibles que mirará al pueblo y se comprometiera con aquello de primero los últimos. No lo hizo y ahora yo debo corregir estos errores. Cristina no quiere que Alberto sea el Dujovne del Frente de Todos, tampoco quiere que Alberto se vaya sin haber hecho todos los sacrificios antes que ella asuma. Alberto debe caminar sin mapa ni brújula por el terreno minado para que ella pueda luego recorrerlo sin tropiezos.
Ella estirará los cumplimientos con el FMI hasta que este se harte y el default sea la tabla de salvación electoral para financiar con deudas impagas el salario básico universal y así asegurarse 7 millones de votos.
Claro que para llegar a esto es necesario que la oposición caiga en la trampa del caballo de Troya. O sea esa ofrenda de pseudo patriotismo para dialogar sobre todo lo que quieran mientras ella deja que pase el tiempo para que Alberto caiga cuando ella quiera y no cuando él decida por hastío y agotamiento nervioso o físico mental.
Los que piensen que aquí puede haber algún tipo de juego limpio creen en las hadas madrinas. Cristina no juega limpio nunca. Cristina trata a Alberto como Perón trató a Cámpora. O sea, te haces cargo cuando ordeno y te vas cuando lo decido. Massa no le preocupa tanto. Sabe que ya no tiene adonde saltar y no lo va a dejar tomar el timón porque teme que termine siendo el rebelde del Motín del Caine. Si se ofendiera y se fuera sería tan creible como cuando dijo que; “Yo con el kirchnerismo no voy ni a la esquina porque van a las elecciones en busca de fueros. Nosotros vamos a defender a la clase media”. Massa debería recordar a Fiodor Dostoievski cuando dijo… “Tu peor pecado es que te has destruido y te has traicionado por nada.”
Game over.