Por Nicolás Cereijo
Lejos de ceder, la inseguridad sigue siendo un problema en alza que cada vez sufren más vecinos y frente al cual no se observa interés del municipio por abordar la problemática. En Avellaneda la comunidad está harta de vivir con miedo frente a un intendente que no gestiona en seguridad.
Necesitamos un cambio de paradigma en el área, y el modelo implementado en Lanús por Néstor Grindetti y Diego Kravetz deberían tener su réplica aquí, para llevarle tranquilidad a los vecinos. Uno de los puntos importantes al resepecto sería, tal como sostiene Grindetti, el traspaso de la Policía Local a la órbita de los municipios con el fin de optimizar la tarea diaria.
El lamentable episodio sufrido por el Concejal radical Rubén Sanazi – recibió un balazo en un intento de robo a su auto – lejos de sorprender ya está lamentablemente naturalizado en los vecinos. Vale decir que son varios los vecinos que vienen denunciando hace meses el mismo modus operandi.
Algo que Sanazi manifestó en declaraciones al portar Políticas del Sur agrava la situación «las autoridades dicen que no pueden hablar porque el poder político no se los permite”.
“Antes había foros de seguridad en los que los vecinos se juntaban con la policía, que desaparecieron. Ahora nos dijeron que tenían que pedir permiso para hablar con concejales de la oposición”, reiteró.
Es hora de entender que la inseguridad es una materia pendiente en una gestión municipal que viene fracasando en esta área hace tiempo. Necesitamos un cambio de mirada para llevarle tranquilidad a los vecinos. Avellaneda necesita incorporar otra mirada, tal como sucedió en Lanús con la gestión del Intendente Néstor Grindetti y Diego Kravetz.