Por Nicolás Cereijo
El oficialismo sufió una dura derrota. Perdió en 17 provincias y su desempeño solo fue mejor, en comparación con el 2019, en La Rioja. De producirse un escenario similar en las generales, Juntos por el Cambio podría ser la primera minoría en Diputados y en el Senado se le arrebataría la mayoría por primera vez desde 1983.
Para Alberto son todas pálidas. A mendiano plazo su proyecto de reelección pierde fuerza mientras que en lo inmediato deberá decidir si accederá a las presiones de la vicepresidenta con algunos de sus funcionarios en la mira, como es el caso de Santiago Cafiero.
El gran ganador fue Juntos de Cambio, con números alentadores en su misión de volver al poder en 2023. Obtuvo triunfos en distritos históricamente adversos. Los triunfos en CABA y Buenos Aires dan pista al proyecto de Horacio Rodriguez Larreta a llegar al Sillón de Rivadavia.
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También fue un gran aliento para el radicalismo que definitivamente se instaló como fuerza competitiva dentro de la coalición. La figura de Manes toma impulso en el interior bonaerense con el objetivo de crecer en el conurbano donde Santilli ganó con notoriedad.
Igual aquí no se debería cometer el error de la linealidad de los resultados. La traslación no es directa y necesita de un acompañamiento. Debería mostrarse una campaña de unidad entre ambos para evitar fuga de votos.
Si bien es cierto que queda configuarado el esquema bicoalicional, hubo resultados interesantes de las terceras fuerzas para destacar.
Por un lado el Frente de Izquierda, que podría retener las dos bancas que ponen en juego, siendo la tercera fuerza a nivel nacional.
Por otro lado el efecto Milei, que obtuvo un importante 13% que le permitiría llegar a una banca e iniciar su carrera presidencial. Pero por el momento, es solo un efecto porteño siendo que su partido en el resto de las provincias tuvo peor performance.
Otro derrotado es Florencio Randazzo. Con escaso margen, esta elección pudo haber sido su sentencia. Curiosamente esta elección mostró que el electorado que no votó a las dos principales coaliciones, se volcó a opciones más extremas que moderadas.
Por último, el nivel de participación fue medio a pesar de la pandemia (67%). Naturalmente debería creces en las generales. Será interesantes ver el comportamiento de los nuevos votantes junto a quienes sufragaron por opciones que no superaron el umbral electoral. A esos sectores más los que votaron en blanco también deberá dirigirse la campaña de oficialismo y oposición.
Un comentario en “PASO: cachetazo para Alberto y Cristina”