Por Nicolás Cereijo
“Cuando la defensa de los Derechos Humanos se mezcla con la política, solo se logran más desapariciones, más torturas, más violaciones. Con esta decisión, el gobierno argentino apoya la impunidad y fomenta más violaciones”, manifestó Santiago Cantón, uno de los expertos convocados por la Organización de Estados Americanos (OEA) en 2018 para determinar si el régimen de Maduro había cometido crímenes de lesa humanidad. Triste manera de empezar un artículo, pero necesaria para entender la magnitud de la situación. La Casa Rosada, de manera alineada entre Alberto y Cristina, ha decidido retirar su apoyo a la demanda que el Grupo de Lima interpuso contra el régimen bolivariano ante la Corte Penal Internacional (CPI). Una muestra de apoyo al autócrata Nicolás Madura y su régimen donde la tortura y la desaparición de personas son una triste realidad.
Los datos hablan por sí solos. Según ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados) hay 5,4 millones personas refugiadas y migrantes de Venezuela en todo el mundo. Más de 800.000 solicitantes de asilo de Venezuela en el mundo, más de 140.000 refugiados reconocidos procedentes de Venezuela y más de 2,5 millones de personas viviendo bajo otras formas legales de estadía en las Américas.
En cuanto a las detenciones y torturas, el Informe de la OEA arroja datos escalofriantes:
“Se registraron 131 víctimas de asesinatos que tuvieron lugar durante las protestas de 2014 y 2017, perpetrados por miembros de las fuerzas de seguridad del Estado y/o los colectivos chavistas; identifica 8.292 ejecuciones extrajudiciales ocurridas desde 2015; más de 12 mil venezolanos que fueron arbitrariamente detenidos, encarcelados o sujetos a otras severas privaciones de libertad física a partir de las elecciones de 2013, con la llegada de Maduro al poder luego de la muerte de Hugo Chávez”.
Podría resumir diciendo simplemente que el Gobierno Nacional avala lo que está sucediendo en Venezuela. Se está llevando al país a un rumbo de incertidumbre con acercamientos a naciones enamoradas del autoritarismo como ser Rusia, Venezuela, Cuba, China e Irán. Y esta línea de pensamiento es sostenida fervorosamente por el Instituto Patria, usina de ideas del kirchnerismo que, mediante un decreto presidencial, tenemos la obligación de pagar todos los ciudadanos con nuestros impuestos.
Esta vez la decisión de apoyar al régimen de Nicolás Maduro fue homogénea y sin grieta interna. Es altamente probable que hasta las elecciones el gobierno se muestre unido para el afuera. Toda disidencia será tratada exclusivamente puerta adentro y de haber cambios serán luego de diciembre.
Con lo cual, querido amigo, sepa que el Frente de Todos es Alberto y Cristina. Más o menos moderados quedaron atrás. Se acompaña y punto. De esta manera ahora estamos frente al Alberto cristinista. Veremos si luego de las elecciones se tiran los dados y qué Alberto sale. Hasta el momento viene haciendo tantos papeles que cada vez menos personas le creen.