El 2021 es clave para Juntos x el Cambio si quiere volver a ser gobierno en 2023. Más allá de lo estrictamente en juego en el Congreso – que el kirchenerismo no obtenga una mayoría clara en Diputados – es un año para poner en práctica lo aprendido en un coalición que tuvo como gran primer victoria mantenerse unida.
Por Nicolás Cereijo*
En un análisis agudo y certero el analista Gabriel Palumbo describe el fracaso que representó la “batalla cultural” ejercida durante el gobierno de Cambiemos. Solo fueron algunas cosquillas, no más que eso, las que recibió el kirchnerismo. Y mucho peor aún, creer que estaba muerto cuando jugó a desestabilizar sistemáticamente cuantas veces pudo. Esto no solo trajo la derrota electoral sino que se perdió la posibilidad histórica de dejar al populismo herido.
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Y los reproches son varios. Falta de tiempo, inexperiencia, subestimación… y la lista sigue. En concreto, se perdió una posibilidad histórica, pero se está a tiempo de revertir.
Uno podría preguntarse: ¿fue el medio al kirchnerismo? En parte sí. Se apostó demasiado a la estrategia de la grieta y no se ponderaron grandes cambios que pudieron gestionarse. Aquí el error fue centralmente de interpretación, no leer apropiadamente al territorio. Por ejemplo, se hizo un excelente trabajo en obras públicas que no fue capitalizado con las mismas proporciones. En educación pasó parecido con el ambicioso Plan de Robótica o el ABC padres en provincia de Buenos Aires. En Salud se llevó SAME a todos los municipios, incluso a los más hostiles. Así y todo, se perdió.
Pero no todo es oscuridad. Hay un saldo positivo esperanzador: a pesar de la derrota electoral, Cambiemos – devenido en Juntos por el Cambio – sigue intacto y unido, algo realmente destacable en estos tiempos. Por eso es un buen momento de hacer los deberes: pensar para volver a ganar las elecciones y ser mejores.
La otra gran señal es que el oficialismo muestra debilidades severas producto de sus contradicciones internas. A la ensalada le falta sal y tiene poco gusto. Por eso insisto en estar atentos a las necesidades del electorado que sigue apostando a la oposición; junto a ese número cada vez mayor de desencantados de Alberto, Cristina, Axel y la Cámpora.
Volviendo a la “batalla cultural” todo el arco opositor denunció públicamente (y a buena hora) la constante politización de políticas públicas, como por ejemplo las vacunas. Solo en la cabeza de estos muchachos entra poner a una unidad básica como centro de vacunación.
Es que el tema pasa por acá. La batalla cultural se da en lograr fortalecer las instituciones democráticas, independientemente del partido que gobierne, y la condena de estas prácticas populistas de buscar votos con algo tan necesario como la vacuna.
El electorado de Juntos x el Cambio, en su mayoría, exige mayor firmeza e intransigencia de los valores republicanos a sus representados. Por eso es importante que cada miembro de la coalición tenga en claro sus tareas, que ninguno en ni mejor ni peor que el otro, que cada uno está para aportar desde su lugar.
Es el momento, a no desperdiciar esta oportunidad histórica en un año decisivo en materia electoral.
*El autor es Licenciado en Ciencia Política (UBA). Director de Voces Políticas. Docente en UBA y en UTDT. Dirigente político de la UCR de Avellanada.