El Frente de Todos promulgó un duro ajuste a los jubilados

El Frente de Todos una vez más logró avanzar contra los jubilados. El disfrazado ajuste aprobado el martes pasado en Diputados lejos estás de lo alcanzado por la Ley de Movilidad Jubilatoria promulgada por el gobierno de Cambiemos en 2017. Esa misma que había recibido una tonelada de piedras por parte de los saqueadores del presente. Lo que se anuncia como reforma es en términos reales un robo.

Por Luis Pico y Nicolás Cereijo

El Gobierno de Alberto Fernández profundiza el ajuste a los jubilados –  Política 3D

Anunciado con bombos y platillos y dejando atrás la promesa de Alberto Fernández de aumentar un 20% las jubilaciones, el oficialismo promulgó una nueva ley de movilidad que castiga al bolsillo de nuestros mayores. La misma establece cuatro aumentos trimestrales que lejos están de alcanzar los estipulado por la anterior Ley de Movilidad promulgada en 2017.

¿Cuál será la bola que llevarán a rastras, que amenaza con dejarlos rezagados? Se trata de la inflación, ese viejo, temido y conocido ítem que durante décadas ha generado estragos en la sociedad argentina. Y que se afinca con sagacidad sobre quienes dependen del Estado.

Desde 2017, con la fórmula que entonces impulsó el gobierno de Cambiemos, los aumentos de los jubilados pasaron a calcularse basándose en una combinación entre los índices de inflación y aumentos de salarios, con el objetivo de preservar el poder adquisitivo de los jubilados.

Pero ahora el Frente de Todos logró modificar esa metodología para dejar de lado, paradójicamente, a la que fue una de las mayores demandas que llevó al kirchnerismo a perder las elecciones de 2015, con una sociedad harta, en ese entonces, precisamente, de la inflación. En lugar de ella, los aumentos serán producto de una combinación producto del 50% de recaudación de la Anses, y otro 50% resultante de la variación de salarios según el Indec y el Ministerio de Trabajo, entre los cuales se impondrá la proyección que resulte más elevada.

¿Funcionará mejor este “nuevo” modelo, que recuerda al que rigió entre 2008 y 2017? Los datos económicos de la Argentina, cuando se pone lupa sobre esa inflación que ahora pretende ignorarse, son desalentadores: 30,9% en los once meses de 2020 (35,8% entre noviembre de 2019 y noviembre 2020) según el Indec. Y si a eso se agrega factores como un dólar libre que rozó los 200 pesos, emisiones monetarias récords y caídas en la recaudación durante la pandemia, no pareciera que los cambios recién salidos de Diputados vayan a surtir efectos positivos.

Por el contrario, todo pareciera encaminarse hacia unos aumentos que si bien, al menos sobre el papel, serán constantes, en la práctica conllevarán a que los jubilados puedan sentir una especie de agujero en el bolsillo, al poder adquirir menos productos  servicios a pesar de contar con “más pesos” en sus cuentas bancarias.

Lo dicho: siempre que no le ganen la carrera a la inflación ―o al menos se acerquen a empatarla― como se intentaba con la anterior movilidad jubilatoria, los adultos mayores quedarán en desventaja, con un modelo que les dará menos retribuciones que el de Cambiemos, y que tampoco se corresponderá con la realidad al momento de enfrentarse con los precios. 

El tiempo dirá quién gana la carrera entre los jubilados y la inflación. A priori, esa variable que quedó por fuera pareciera correr más rápido que quienes necesitan apoyarse en un bastón.

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