Por Sebastián Martín Ré[i]
Las proyecciones no son nada alentadoras. Si observamos el mapa global, no es muy difícil darse cuenta que el virus es un enemigo mortal y silencioso que lentamente va dejando graves secuelas a lo largo y ancho del planeta.
Italia, España, Irán, Estados Unidos de América y China entre otros, son de los países más afectados por esta pandemia. Ante semejante escenario, cuasi apocalíptico, no han tardado en oírse voces sobre si ya estamos en el umbral de una tercera guerra mundial. Y admito que no me disgusta para nada aceptar tal hipótesis. Estamos ante un escenario de parálisis total a nivel mundial de la vida social y económica de los pueblos que no se vio nunca. Ni siquiera en la WWII.
Como en toda guerra hay ataques verbales cruzados, conspiraciones y juego de espionaje. Así, estamos presenciado como desde hace semanas EEUU y China se atacan retóricamente sobre quién trajo ese virus a Wuhan. Según algunas fuentes y medios de comunicación chinos, unos militares estadounidenses estuvieron en Wuhan con una cepa de virus llamado influenza que no sería otro que el COVID/19. Otras hipótesis afirman que este nuevo mortal virus es uno de laboratorio chino para hacer una reducción radical de su población en constante crecimiento y, que para algunas altas autoridades del mundo y destacados científicos, insostenible en el tiempo por la presión y perjuicios que genera esto sobre el medioambiente.
Esta crisis/guerra nos las venden como pasajera. Pero lo cierto es que nadie nos sabe decir a ciencia cierta el final de la misma. De llegar a ser cierto que todo esto que está aconteciendo en el mundo fue un intento de los EEUU para frenar el avance de China mediante el coronavirus lanzado por primera vez en suelo chino, entonces esto conduciría indefectiblemente a una Tercera guerra mundial. Como sostiene Philip Giraldi, ex agente de la CIA, a la cadena de noticias estadounidense Fox News “Washington podría haber creado este temido virus, en colaboración con Israel, como un arma de guerra biológica para dañar a China e Irán”. Sus declaraciones se suman a las de otros muchos analistas que no descartan el papel de EEUU en esta pandemia que ya ha sido catalogada por la OMS como la más cruenta que la humanidad ya visto jamás.
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