Por Rodolfo Patricio Florido[i]
El mundo va a atravesar una brutal recesión y mientras tanto nosotros hemos logrado lo que nadie… ponerle ideología a un virus. En ningún país se discute esto. “Los chetos que viajan al exterior”… una ridiculez. A este país lo mantiene vivo el sector productivo o sea…; los chetos que viajan al exterior. Lo estoy simplificando a propósito, encontrar a quien echarle la culpa es un viejo deporte.

El mundo va a atravesar una recesión. Eso no está en discusión. Lo único que está en discusión es cuan profunda y cuanto tiempo durará más allá de algún rebote inicial cuando la pandemia haya sido superada.
La apelación emocional de Alberto Fernández en la conferencia virtual del G20… “Crear un fondo de emergencia global humanitario”… “se acabaron los tiempos de los codiciosos”, o es ingenuo o es cínico. Los que tienen y pueden poner dinero son los países más “codiciosos” y la Argentina no tiene dinero que poner, está en un virtual default y el poco dinero – que imprime sin respaldo – lo entrega a los sectores sociales más afectados y está bien que así sea porque de lo contrario estaríamos por empezar a ver saqueos, lockout patronales y decenas de miles de quiebras. La verdad, el discurso es muy bonito y como dijo alguna vez Néstor Kirchner, pararse en la izquierda te da fueros. Lo cierto es que la principal economía del Mundo, EEUU, acaba de aprobar un fondo especial de 2 billones de dólares para reactivar la economía en un momento en el cual el pedido de subsidio al desempleo creció a 3 millones de nuevos desempleados en solo la última semana o sea un record histórico ya que superó el de 600 mil de 1982.
Alguien en su sano juicio puede pensar que más allá de algún dinero pour le gallerie, va a entregar los EEUU cuando ya fijó su absoluta prioridad en si mismo… o China o Rusia. China te manda barbijos y Rusia ni eso. No compremos marketing porque si no vamos por mal camino. Según los economistas norteamericanos 40 millones de norteamericanos se quedarían desempleados en los próximos 45 días y el desempleo podría alcanzar el 13% de aquí a Mayo. Sus bancos ofrecen créditos al 0% los nuestros, como un apoyo extraordinario, permitirán la triplicación del giro en descubierto de la cuenta corriente a más de un 50% anual… ¿Por qué motivo Trump le daría dinero fresco a nuestro país para repartir entre monotributistas, planes y villas de emergencia? No quiero parecer cínico pero no tolero la mentira disfrazada de progresismo melancólico con un Presidente que reza el Padre Nuestro con los curas villeros mientras propicia una ley de aborto.
Fernández atraviesa su mejor momento en lo que a popularidad se refiere. La primera etapa del miedo o el pánico lo colocó en este lugar. La ampliación de la cuarentena hasta el 13 de abril va a generar una profundización brutal de la recesión en todos los sectores productivos con la excepción de los proveedores de alimentos, los distribuidores y los supermercados. Ya, los mercaditos barriales de proximidad están empezando a ver en caída libre sus ventas. Los que pueden van al súper en auto y compran en cantidad, los que no pueden o no tienen auto, cada día que pasa tienen menos. La pregunta del millón es que va hacer para reactivar la economía y recuperar los cientos de miles de puestos de trabajo en negro y en blanco que se van a perder. ¿Emitir? ¿Descontroladamente?
Y ahí volvemos al escenario anterior al coronavirús. Estimular la economía y la inversión exige medidas revolucionarias pero que confrontan con la realidad política. Reducir el Estado, las cargas patronales, modificar los regímenes laborales, las edades jubilatorias, las cargas impositivas, etc. Claro que hacer esto lo va a poner en conflicto con sus bases peronistas, sindicales, Intendentes, Gobernadores, etc. Esa es la opción. Pero no es la única. La otra, es exactamente la inversa; estatizar todo lo que pueda, ampliar el Estado, incrementar las cargas impositivas y obviamente no confrontar con la CGT. Seguramente Alberto debe estar pensando sobre qué camino transitar. Y, ahora, no va a tener margen para oscilar entre los dos, esperando que nadie se dé cuenta. De su respuesta dependerá que de la misma manera que subió su popularidad, también se desmorone. Cuando el pánico al coronavirus desaparezca, aparecerán brutalmente expuestos los daños de la economía paralizada. Esto es como en las guerras. Cuando bombardean, la gente ruega porque su casa no sea afectada, cuando cae la bomba la gente ruega por sobrevivir y cuando la guerra termina la gente se olvidó de los primeros ruegos y ruega por la reconstrucción. A Churchill le costó la reelección. Una suerte de… gracias por guiarnos durante la crisis pero no te necesitamos justamente a vos para encarar la reconstrucción.
Dijo Thomas Friedman para el New York Times… “con la mayoría de las empresas cerradas y millones de personas que empiezan a quedarse sin trabajo, algunos se preguntan: Pará un minuto, ¿qué nos estamos haciendo a nosotros mismos y a nuestra economía? ¿No será el remedio, aunque dure poco tiempo, peor que la enfermedad?»… O dejamos que muchos de nosotros contraigan coronavirus, se recuperen y vuelvan al trabajo, mientras hacemos lo máximo posible para que no mate a los más vulnerables. O bajamos la persiana durante meses y tratamos de salvar del virus a todos, sin importar su perfil de riesgo, y matamos a muchos otros por otros medios, al matar nuestra economía y tal vez también nuestro futuro.
David L. Katz[ii] () dice que en este momento nuestros objetivos son tres: salvar tantas vidas como sea posible, garantizar que el sistema de salud no colapse, pero también asegurarnos de que al cumplir los dos primeros objetivos no destruyamos la economía, y en consecuencia, incluso muchas más vidas.
No sé donde estará la respuesta… “La dupla recesiva… epidemia y recesión”, dice Carlos Pagni desde la Nación. El problema es que nosotros ya veníamos de la recesión así que sería, epidemia y mas y mas recesión…Un estudio de JP Morgan determina que un restaurante resiste, promedio, 16 días sin actividad; un negocio de mercadería minorista, 19 días; pymes de servicios personales, 21 días; los profesionales liberales, 33 días; bienes raices, 47 días. O sea, nosotros cuando termine el segundo turno de aislamiento habremos cubierto casi todos los segmentos. Si bien es cierto que nuestra gimnasia social de crisis económicas es muy grande.
Deberíamos reflexionar hasta donde estirar… esta situación, porque la situación es muy delicada y se va a hacer más delicada cuando la desesperación del sector privado se combine con la desesperación de las Provincias que no van a poder pagar sueldos por la caída de la recaudación, de la coparticipación y el crecimiento del desempleo.
[i] Licenciado en Ciencia Política (Universidad John F. Kennedy. Máter en RRII (Universidad de Belgrano)
[ii] Director fundador del Centro de Investigaciones en Prevención de la Universidad de Yale
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