Por Nicolás Cereijo[i]

La Constitución Nacional Argentina es la herramienta clave y fundante del orden y el progreso que permite superponerse a la anarquía. Resulta interesante leerla, enseñarla, inculcarla y defenderla, si es que creemos en un Estado de Derecho, claro está. Nuestra nación parecería caer una vez más en el timón populista, donde las instituciones quedan tristemente relegadas a un segundo plano. Ese es el peligro que está corriendo Jujuy en estas horas.
A fines de febrero, el senador jujeño del Frente de Todos Guillermo Snopek presentó un proyecto de intervención del Poder Judicial Jujeño, el cual será tratado el próximo martes en la Comisión de Asuntos Constitucionales. Consta de ocho artículos, siendo el más resonante el que establece la intervención del Poder Judicial jujeño a fin de garantizar la forma republicana de Gobierno y evitar incurrir en responsabilidad internacional del Estado Argentino.
Pues bien, como el senador Snopek (¿será solo él?) tiene la buena y sana intención de garantizar la forma republicana, nada mejor que recurrir a uno de los grandes teóricos republicanos que nos ilumine y nos saque esa malicia de los que pensamos en toda esta pantomima.
No quiero ser mal pensado pero…
Según Montesquieu, en una república democrática el pueblo por medio del sufragio es a la vez monarca y súbdito. A su vez, el mismo autor sostiene que una sociedad funciona cuando hay leyes – Estado de Derecho – y aquí la libertad solo puede consistir en poder hacer lo que se debe querer y en no estar obligado a hacer lo que no debe querer. Para que exista la libertad es necesario que el gobierno sea tal que ningún ciudadano pueda tener nada de otro. Finalmente, el filósofo francés sostiene que en el Estado hay tres clases de poderes. El legislativo, encargado de promulgar, enmendar y/o derogar leyes; el ejecutivo que dispone de la guerra y de la paz, envía o recibe embajadores, establece la seguridad, previene las invasiones. Por último, el judicial que castiga los delitos o juzga las diferencias entre particulares. Para un correcto funcionamiento debe haber separación entre los poderes, evitando en lo posible cualquier tipo de interferencia entre ambos.
Pareciera que el senador no leyó al filósofo francés o, quizá, haya actuado en modo Wikipedia apelando al artículo 6 de la Constitución Nacional que establece que “El Gobierno federal interviene en el territorio de las provincias para garantir la forma republicana de gobierno, o repeler invasiones exteriores, y a requisición de sus autoridades constituidas para sostenerlas o restablecerlas, si hubiesen sido depuestas por la sedición, o por invasión de otra provincia.”
Se corre el serio peligro de interpretar este artículo a piacere y no como una norma más bien excepcional. O sea, no me gusta tal juez entonces hay que garantizar la forma republicana. Suena un poco infantil. Se parece a un capricho más que a una evidencia. Señor Senador, si no le gusta el gobernador, afortunadamente vivimos en democracia con partidos políticos, con lo cual puede pensar en una alternativa de poder, pero respete siempre a la mayoría.
Pero si todo esto fue armado porque están en contra de la detención de Milagros Sala (¡lo sospeché desde un principio!) vale decir que la misma fue juzgada fue condenada por ser considerada la jefa de una asociación ilícita y coautora de los delitos de extorsión y defraudación al Estado. Durante el proceso se investigó el desvío de fondos estatales por más de 60 millones de pesos, cobrados por cooperativas para construir viviendas sociales, entre 2011 y 2015, las cuales nunca se realizaron. Para los jueces, Sala era la jefa de esta asociación ilícita, que con la ayuda de funcionarios provinciales y municipales operaban para extraer dineros de programas habitacionales nacionales, los cuales “fueron utilizados con otros fines”.
O sea que, garantizar la forma republicana de gobierno es algo que desde el vamos y discursivamente, el oficialismo nacional suele desdeñar. Separación de poderes o De Vido… libre.
Pues bien, ¡Fuerza Jujuy! Y a resistir los embates del populismo y sus maliciosas armas.
[i] Licenciado en Ciencia Política (UBA). Docente en UBA y UTDT.